Mi abuelo fue capitán de un barco durante gran parte de su vida. Cuando era pequeña le visitaba muy a menudo y el me explicaba con gran dedicación y cariño el lenguaje de las estrellas. Cada semana iba entusiasmada a verle, tenía un telescopio en la azotea y con el realmente podía tocar el cielo. Aprendí a buscar los planetas, a leer los astros y a nunca perderme en la oscuridad. Un día me regalo unas estrellas pequeñitas, con una luna y un planeta, le pregunté ¿Qué son abuelo? El me dijo, vete a casa ponlas en el techo de tu cuarto y por las noches podrás realmente ver una lluvia de estrellas. A partir de ahí 13 años atrás empezó mi afán por mirar el cielo a cualquier parte que iba. Cuando crecí a la edad de los 14 años, esa relación abuelo-nieta había desaparecido el estaba muy enfermo, en cama y poco a poco esos días mirando al cielo se estaban acabando. Cuando hace 3 años mi abuelo murió me dejo para mi sorpresa su telescopio y todos sus libros de las estrellas. Allí recordé todo lo que había aprendido y mi búsqueda “Galactica” retomo su camino.
Mi padre es fotógrafo y de cierta manera también heredo esa manía familiar de mirar siempre al cielo. Hace fotografía nocturna y realmente le hecha muchas horas y dedicación una gran inspiración para mi. Estas son algunas de sus fotografías, donde le he acompañado siempre que he podido.
Esta es su página web. http://josemiguelmartinez.es/
Uno de mis programas favoritos de la televisión es “Cuarto Milenio”, donde tratan todos estos aspectos inquietantes e impactantes que realmente me apasionan y me interesan.
Podréis preguntar ¿Qué tiene que ver todo esto con mi trabajo? Lo es todo.
Cuando se planteo el trabajo, me comí la cabeza pensando que hacer, un video, un poema... Una tarde tumbada en mi cama, en mi casa en Santander mire al techo y vi esas estrellas que tantos años llevaban pegadas ahí. No lo pensé dos veces, todos los recuerdos me vinieron a la mente, ya sabia de que hacer mi trabajo.
Estrellas... ese será mi trabajo.
Teniendo el elemento principal del trabajo: la estrella, tuve que pensar mucho que hacer, para que lo que sentía se entendiese y pudiese relacionarlo con Segovia y mi experiencia en dicha cuidad.
Un 12 de julio, llegue a Segovia por primera vez, era de noche, largo viaje en coche, y nada más llegar mire al cielo. Estrellado, precioso, hacia muy buena noche. Mirar el cielo este donde este, es una manía que tengo,lo hago sin pensar. Ya desde ese primer momento Segovia me cautivo. Su cielo era mágico.
¿Cómo expresar todo esto que siento en un trabajo? Difícil pero no imposible.
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